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CINE Y FILOSOFÍA.

La película Matrix marcó un punto de inflexión en la forma de hacer cine:

Por un lado los nuevos encuadres técnicos dotaron de mayor dinamismo al cine de acción. Los sutiles movimientos en los golpes, la forma de concebir el tiempo y el espacio con la inolvidable cámara móvil..., por otro su transgresión en el concepto de ser humano llegó a muchos telespectadores. Pero ¿Es matrix innovador y transgresor en su esencia?lLo que Matrix nos muestra son retazos de otras filosofías y religiones:

El trinomio Trinity-Neo-Morfeo se asocia con la santísima trinidad cristiana.

El propio concepto de Neo como Elegido o Salvador es también tomado de la religión cristiana.

El Mito o la Alegoría de la Caverna de Platón también lo recoge Matrix: Los hombres están recluidos en cuevas y sólo pueden ver a sus semejantes a través de las sombras que el fuego proyecta sobre sus ojos. Y salir de la caverna, ver la luz, da miedo, asusta. Neo y Trinity consiguen alcanzar la luz del sol por unos segundos. Eso es Matrix en esencia.

Matrix también toma conceptos de la religión budista. Así, vemos como en su encuentro con el Arquitecto, Neo acude a la esencia de Matrix, al origen y centro, a la nada. En la religión budista, el camino al Nirvana se produce gracias a la meditación. (Son muchas otras las religiones que utilizan la meditación para alcanzar la espiritualidad: hinduismo, eremitas cristianos..., pero en este caso el reflejo es el budista) Cuando alguien medita se recluye en su yo interno y tiene que ir atravesando una serie de dimensiones. Estas dimensiones pueden ser reflejadas en un pictograma, sea éste real o imaginario, hablamos del Mandala "el cuadrado dentro del círculo". En el centro de éste, que es el fin máximo del que medita, no hay nada. En esa nada aparece el arquitecto. Y además, en su inolvidable diálogo éste le dice a Neo que no es el primero de los elegidos. Ese es el proceso en la meditación: Cuando llegas al nirvana te reencarnas en otro y la rueda vuelve a comenzar. O bien te liberas definitivamente, lo que el propio Buda hizo. El problema es la elección.

Así se puede ver en el más famoso de los mandalas, el de kalachakra. Pues bien, Neo acude al corazón de matrix, al arquitecto, y en ese diálogo, en esa escena (una habitación vacía, redonda, blanca, con paredes llenas de pantallas cuadradas) se recoge con una fuerza expresiva abrumadora esta filosofía budista.

 

 

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