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vitibici. EL VITIBLOG

Diarios de la república

Diarios de la república

El día amaneció más claro que de costumbre. Cierto que había entrado con fuerza la primavera, pero uno no podía fiarse de los cielos de Madrid; y menos aún en el mes de las mil lluvias. La algarabía podía mascarse desde la primera luz del día, cuando me levanté en busca del diario. Mi ritual ya empezaba a convirtirse en tradición: unas porras casi al alba con un buen café cortado, el ejemplar del Imparcial bajo mi brazo y un rinconcito donde poder despachar, tranquilo, los asuntos del día. Me gustaba, y todavía hoy sigo haciéndolo, escuchar los pálpitos de la ciudad que despierta y se engancha a la vida. Parece como si Madrid no existiera, al menos hasta que los barrenderos comienzan a dispersarse por sus calles, como hormiguitas rigurosas en busca de migas de pan. Estos y los aguadores que regaban el paseo de la Castellana, la Carrera de San Jerónimo y alrededores. El agua mañanero que desperezaba las grandes avenidas matritenses llegaba hasta mi olfato en forma de aroma fresquito y casi infantil. Por allí iban desfilando unos y otros, desde la cuesta Moyano hasta Atocha adivinaba los pasos presurosos de Don Miguel de Unamuno, la quijotesca estampa de Ramón María (a veces) o la siempre atenta mirada de Ortega. El caminar de los literatos se diferenciaba al de los políticos porque los segundos nunca tenían tiempo para perderse en las fragancias que el Retiro regalaba, sin interés, a cualquier caminante despierto. Prieto y Largo, siempre conservando su socialismo decimonónico, Lerroux y su figura de barro forjada a tientas entre una izquierda que se viene y una derecha que se va, el gallego Casares con su galleguismo de segunda, la aristocrática figura del derechón de Maura o el andar cansino de un republicano que tiene andares casi monárquicos: Don Niceto Alcalá Zamora.

Precisamente a los monárquicos de carné no pude verles esa mañana, yo creo que se escondían entre rincones casi olvidados, que se buscaban para darse calor, así como hacen todos los cuerpos solitarios y fríos, disgregados. Eso o se encerraron en sus casas. Don Alfonso XIII se había marchado por la puerta de atrás y la Puerta de Alcalá se iba a abrir, de un momento a otro, para que muchos lanzaran su gorra proletaria por los aires como símbolo de victoria. Todo eso sucedería unos minutos después de que terminara mis porras y pegara el último repaso al periódico. Antes había besado a mi Lola, como cada mañana. Pero las puertas del Ateneo iban a dejar de ser mi espacio. Ese mismo día comencé a escribir mis Diarios.

Buenos días, mi nombre es Manuel Azaña y hoy, 14 de Abril,  hace 78 años que se proclamó la Segunda República.

6 comentarios

miguel -

qué grande eres pajarero, viva la cultura de algunos. un abrazo vitibici, y por supuesto vivan los que todavia creen...

Roberto Merino -

Los columnistas españoles no están dejando en muy buen lugar a los años de la República. Ya he leído a varios que caricaturizan aquella España. Sin embargo, de cuando en vez, siempre introducen con calzador alguna cita de Azaña. Que ser conservador no va reñido con la intelectualidad, pensarán algunos.
Resulta sintomático que tenga que ser un irlandés el único en reconocer la importancia que aquella república tuvo para la Historia de España. A continuación os muestro una interesante reflexión del Historiador Ian Gibson sobre el 14 de Abril de 2009 en Valladolid:

Era de esas frases que te dejan helado. El Ateneo Republicano de Valladolid culminaba, el jueves, los actos organizados en recuerdo del cambio trascendental producido en España hace 78 años. En los días anteriores se había hecho un recorrido, desde la sede de dicho Ateneo, al arzobispado, a favor de ¡la apostasía!; una marcha a San Isidro en homenaje a los represaliados por el franquismo; y un reparto de claveles rojos en la plaza de la Libertad. El 14 disfrutamos enormemente de la representación, en el Instituto Zorrilla, del Retablillo de don Cristóbal, montado, con gracia y esmero, por el grupo “La Ventanita” y seguido de un recital de canciones populares recogidas por el poeta granadino. Luego, tras una conferencia de un servidor sobre Antonio Machado, llegó el momento del relax alrededor de una mesa, con música, buen Ribera del Duero (como Alejandro Fernández manda), alegría y, por supuesto, reflexión sobre las incidencias de la efemérides. De si el alcalde, de si el arzobispo (por cierto, don Braulio se va a Toledo a tomarle el relevo a Antoñito el Cañizares, por alivio de no pocos vallisoletanos), de si el monumento a los fusilados… Y fue entonces cuando se oyó, contundente, la frase aludida: “España es un país enfermo”.
Prefiero creer que se trata de un país, más que enfermo, convaleciente. Que se está recuperando, poco a poco, no sólo de una grave dolencia, sino de numerosas. Y de las cuales la de más difícil curación, al parecer, es la tenaz resistencia por parte de cierta derecha a cuestionar sus seculares prejuicios y dogmas.

http://blogs.publico.es/apuntesperipateticos/19/espana-%c2%bf%c2%abpais-enfermo%c2%bb/

simpatizante -

Que bonito texto sobre la república española. A mi me parece bien que se evoque un hecho tan importante como aquel. Y más aún el 14 de abril... hoy día plantear quitarnos la monarquia de encima suena a chirigota, ¿quién duda de eso? Bravo vitibici!!! Me gusta leeros siempre que puedo.

Jaime de Andrade -

Acordarse de la República está muy bien, yo mismo la recuerdo con añoranza, además creo que siempre hay que mantener viva la Historia y más si se trata de la de nuestro país, pero pienso que, a veces, se mira demasiado al pasado, o mejor dicho, a este pasado. Creo que ésto no es bueno. Yo soy partidario de mirar más al presente y por supuesto, al futuro.
Creo que la República, al igual que otros periodos históricos, hay que estudiarla para conocerla, de esta manera se podrá hablar u opinar con más solvencia de lo que, a veces, se hace. Creo que la II República, al igual que ocurre con otros hechos históricos, está sobredimensionada en algunos aspectos, de ahí que diga que conviene estudiarla.
Yo creo que en España, ahora mismo, no cabe una III República, ya que la Monarquía da una unidad, aunque sea simbólica, que una república no sería capaz de dar. La Monarquía ha hecho un papel, en todos los sentidos, muy importante en este país desde el fallecimiento del Caudillo, creo que eso es algo que no se nos debería escapar a nadie.
Aunque ideológicamente me siento republicano, creo que este país no está preparado para un cambio de régimen. Por eso, desde aquí, doy mi modesto apoyo a la actual monarquía.

Beatriz -

Es un orgullo que se siga manteniendo el recuerdo de la República. ¡Nunca perderemos la ilusión!

Alfredo -

¡Viva la República!