Sobre Praga
En Praga descubrí que primavera no es sólo una palabra comodín al abrigo de poesía de salón. Comprendí que la lluvia sólo moja cuando abres los cristales y dejas que las gotas atraviesen el umbral de la comodidad.
Recorrer el puente de Carlos en una noche fría, bajo la luz titilante de farolas sin dueño, abrir puertas a la curiosidad y escuchar al moldava mientras arrulla el paseo de caminantes despistados, fue mejor que un chute de adrenalina de un sábado por la noche.
El avión aterrizaba en Praga y descubrí que los países están más cerca que algunas personas. Ahora escucho esto y comprendo lo que viajar a Praga significó algún día. No debemos concederle tanto protagonismo al azar, quizá simplemente esa palabra sea como una sombra: cada uno lleva la suya, y le acompañará hasta que se esconda bajo la tierra de los lugares de la paz.
4 comentarios
raul -
Daniel -
"...al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver...".
Alfredo -
Daniel -